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miércoles, 15 de febrero de 2017

La llama violeta y la psicología


Este extracto es del dictado: ¡Limpiad la casa! YO SOY el campeón de mis chelas, de El Morya, publicado en las Perlas de Sabiduría de 1995, vol. 38 nº 26.

En cada nivel de automaestría que alcancéis, se incrementan los requisitos diarios de llama violeta para la transmutación personal y planetaria. Para algunos, un requisito adicional previo al progreso es solucionar los asuntos que están en el inconsciente y en el subconsciente.
Esto es algo muy importante, amados. Porque al menos que limpiéis todos los niveles del ser, específicamente los asuntos de vuestra psicología, veréis que la elevación del fuego sagrado dará una cierta permanencia a los problemas espinosos que deseáis arrojar a la llama violeta.
Por lo tanto, dirigid conscientemente un rayo de llama violeta a cada uno de vuestros chakras, desde la base de la espina hasta la coronilla. El póster de llama violeta que ilustra los chakras súper impuestos sobre la estatua del Miguel Ángel de David provee una gran visualización para la limpieza de los chakras y la elevación de la kundalini.

Visualizaos sistemáticamente transmutando los registros antiguos y del pasado reciente hasta que tengáis un templo completamente limpio para que el Señor Cristo poderoso lo ocupe. Sí, veros rodeados en ovoides pulsantes de llama violeta, como se muestra en el afiche. Porque lo que veis e interiorizáis en eso os convertiréis.
Vuestra meta es tener al Señor Cristo, que vuestro Santo Ser Crístico ocupe vuestros cuatro cuerpos inferiores. Si estos cuerpos están llenos de escombros que habéis estado almacenando en el ático del cerebro por siglos, no hay lugar para que el Cristo entre.
¡Limpiad la casa! Pero al mismo tiempo, llenadla con luz. Dejadla limpia, llenadla de luz y repetid el ritual día tras día.
Si laváis vuestros platos todos los días, limpiáis vuestras casas, cuidáis vuestras ropas, cuidáis de vuestra persona. ¿Por qué no cuidáis esos compartimentos de la conciencia que habéis abandonado?
Limpiad los campos del cuerpo mental y los registros de episodios que habéis estado impregnando por miles de años. Cuando os limpiáis y después invocáis a Dios para llenadlos, diciendo la oración: “¡Venid, ocupad! ¡ocupad! ¡ocupad! Mi amado Santo Ser Cristo”, día tras día harán la limpieza. Y quizá viviréis para regocijaros de la limpieza completa de los registros pasados en vuestros cuerpos. Podéis vivir completando el equilibro del cien por ciento de vuestro karma para que podáis llenar esos vehículos con ¡luz! ¡luz! ¡luz! cualificando esa luz con lo que sea necesario en ese momento ya sea en vibración, en lenguaje, en energía, en conciencia.
Entended que vuestro cuerpo físico es el templo del Dios vivo. Y por tanto, estad atentos a ese templo en todos los sentidos. Cada célula es un cáliz, cada átomo y toda la energía en movimiento que mantiene el equilibrio de Alfa y Omega.
Así, desde el centro de fuego blanco del chakra de la base de la columna de vuestro ser más interno, invocad a vuestra Presencia YO SOY para elevar el fuego sagrado al chakra de la coronilla y al tercer ojo y permitid que la ¡luz! ¡luz! ¡luz! ¡se intensifique! ¡Que se magnifiquen vuestras auras! Que los anillos sobre anillos de vuestro Cuerpo Causal os envuelvan aquí abajo porque los habéis atraído desde vuestro cuerpo causal con tal intensidad de luz a través de vuestros decretos.

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